viernes, 30 de mayo de 2008

Lana

cruzar la calle, en zonas como las que yo vivo, es cruzarse con cuerpos. no es solo pasar al otro lado, sino no chocar con las direcciones de los demas, de manera inconciente. esas direcciones estan atrevesadas por imperativos culturales, por rutinas estresantes, por placeres prometidos, ansiedades y deseos. cada cuerpo es mas pesado que el conjunto del peso de sus huesos, organos, etc. lleva el peso de toda una vida, una tradicion, una singularidad que se une en ese punto exacto que es esa persona-cuerpo y explota continuamente, impidiendo que el peso haga que literalmente se hunda en su lugar, sin poder avanzar, x la carga de lo que acarrea su mera existencia. yo creo que alli es donde el devenir y la historia se cruzan, y posibilitan que uno siga caminando, sin chocar con las lineas que describen las ovilladas vidas de los demas. aunque creo que sin querer, todos los ovillos que se cruzan, enriedan algun que otro hilo con el otro ovillo. tal vez la identidad de un pueblo sea un pullover, y la humanidad sea la ropa de lana en general. y siempre aparece un gato ahi para hacer mierda el ovillo un poco, pero nunca del todo.